Donde los árboles cantan (Laura Gallego)


Algunas historias se escuchan...otras se viven. Viana, la única hija del duque de Rocagrís, está prometida al joven Robian de Castelmar desde que ambos eran niños. Los dos se aman y se casarán en primavera. Sin embargo, durante los festejos del solsticio de invierno, un arisco montaraz advierte al rey de Nortia y sus caballeros de la amenaza de los bárbaros de las estepas y tanto Robian como el duque se ven obligados a marchar a la guerra. En tales circunstancias, una doncella como Viana no puede hacer otra cosa que esperar su regreso y, tal vez, prestar atención a las leyendas que se cuentan sobre el Gran Bosque, el lugar donde los árboles cantan.


MAGNÍFICA. Así defino esta novela que me ha mantenido atrapada en un mundo mágico desde la primera página. No sé bien qué es más bonito en sí, si su maravillosa portada o su inolvidable contenido.

No sé si recordáis que en Mayo había probado a leer a esta autora con El coleccionista de relojes extraordinarios y no me gustó demasiado el resultado (2 de 5). Pues bien, sin prejuicios y olvidando la mala experiencia, me propuse leer Donde los árboles cantan, resultando ser de mis lecturas favoritas del año.

Ya en la primera página te trasladas muchos años atrás al reino de Nortia. Se va a celebrar el solsticio de invierno, y Viana, la protagonista, es presentada como la doncella de Rocagrís, hija del duque Corven.                                                                                        Viana está prometida con Robian de Castelmar desde que ambos eran pequeños, se aman profundamente y sus vidas privilegiadas son agradables y seguras. En plena celebración, el conde Urtec (Lobo), avisa de un próximo ataque bárbaro que todos ignoran para continuar con los festejos.                                                                                       Cuando las advertencias de Lobo se hacen verídicas, Nortia termina siendo conquistada, sometiendo a sus anteriores ciudadanos de formas horribles y Viana decide huir para buscar ayuda y poder librarse de esa sumisión hacia el Gran Bosque, un bosque que, según las historias y leyendas, está encantado y en el cual residen criaturas mágicas de todo tipo. Un bosque, donde los árboles cantan. O eso se cuenta, ya que nunca nadie regresó tras aventurarse en el.

La actitud de Viana me sorprendió en cuanto se internó en el bosque ella sola. La valiente actitud que estaba llevando a cabo no me la esperaba para nada, ya que era una doncella acostumbrada a comodidades y lujos.
Temía que no fuera capaz de sobrevivir o encontrar ayuda, o simplemente que no fuera capaz de saber desenvolverse bien en el bosque. Sin embargo, cuanto más avanzaba la historia, más me daba cuenta de que había infravalorado a Viana y que debía mantener una fe ciega en ella.
No me defraudó en absoluto y me mantuve alerta en cada una de las páginas porque todo lo que ocurría era muy intrigante perfecto.

En cuanto al final... ha sido espectacular. Y muy triste y bonito a la vez. 

Ha sido una historia mágica. En todo momento he sentido que estaba en los lugares que tan bien narrados están. He empatizado mucho con los personajes, sobre todo con Viana. Y me he dado cuenta de que lo que el dicho ''si algo quieres, algo te cuesta'' es más cierto que nunca.